domingo, 3 de mayo de 2015

Reflexión sobre la educación

Al igual que sucedía con la publicación anterior sobre la lectura, la publicación de hoy tampoco está relacionada con un bloque del temario de la asignatura que da nombre a este blog, sino que, tras cursar toda la asignatura, he considerado oportuno hacer una reflexión sobre la educación.

La educación es un derecho fundamental y, como tal, debe protegerse y reivindicarse. Es el instrumento que permite superar dificultades, fortalecerse ante la adversidad, ante el contexto y ante circunstancias personales que hacen que la vida no sea siempre lo que hemos soñado.

Cuando hablamos de Educación tenemos tendencia a pensar en colegios, en universidades y en academias. Sin embargo, la educación está presente mucho más allá de las cuatro paredes que delimitan estos espacios. La educación también está en la familia, en los amigos, en los conocidos, en las calles, en los medios de comunicación, en la música, en el arte, en la naturaleza, etc. Todos estos escenarios educativos son necesarios y se complementan, suplen, refuerzan y colaboran.

Centrándonos en el ámbito escolar, es preciso un cambio en la metodología y en el funcionamiento que se venía llevando acabo hasta hace unos años. La educación del siglo XXI debe aspirar a una educación integral de los alumnos. A una educación en la que los alumnos sean protagonistas de su propio proceso de enseñanza-aprendizaje, que sean ellos quienes manipulen, intuyan y descubran, quienes se relacionen y quienes demanden aprender cada día más. Se debe educar por la vida y para la vida, es decir, no se debe educar de forma aislada al contexto, sino que debemos hacerlo teniendo en cuenta las circunstancias personales y sociales de nuestros alumnos. De esta forma podremos dotar de significado sus aprendizajes y éstos se convertirán en un instrumento potencial de cambio.

Todo lo anterior cobra sentido debido a que la educación es el instrumento que nos permite ser libres. Aquellas personas que estén formadas tendrán la capacidad suficiente para reconocer cuándo algo no se ajusta a sus intereses y para poder exigir un cambio. Sin esa educación el ser humano se encuentra atado de pies y manos. No es capaz de dirigirse a los demás para decir lo que piensa y lo que demanda, pues le falta ese instrumento que lo capacita. Si extendemos esta esfera individual a nivel mundial, obtenemos que el hombre es el único que tiene el poder para transformar la realidad social y que ese poder le ha venido dado por la educación.


A continuación os dejo unas imágenes con unas frases que vienen a resumir muy bien todo lo expuesto hasta ahora.













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